Un informe publicado en el 2013 por The King’s Fund destaca la importancia creciente del modelo de atención coordinada en los sistemas de salud del Reino Unido y de Estados Unidos para plantear lecciones a sacar del estudio de programas pioneros en el tema.
La evidencia demuestra que estos modelos tienen el potencial para mejorar la colaboración entre los distintos actores y sectores de los sistemas de salud, de alentar a los pacientes a involucrarse más en la gestión de su propia atención, y por ende participan a mejorar la calidad de los servicios de salud en general. Sin embargo, estos modelos se enfrentan a una falta de aceptación y de confianza por parte de los profesionales y de la población en general debido a la ignorancia y el escepticismo de una mayoría, a dificultades de financiamiento, a la falta de involucramiento de los médicas generalistas y a desigualdades en el acceso por ubicación geográfica.
El análisis comparativo de 5 experiencias exitosas de integración horizontal en el Reino Unido (que desarrollan modalidades de atención coordinada para personas con enfermedades crónicas severas y de larga duración) se llevó a cabo a partir de 6 niveles de estudio:
- Nivel personal: hace hincapié en los conceptos de independencia, autogestión y resiliencia.
- Nivel clínico y de servicio: subraya la importancia del carácter multidisciplinario y complementario de los equipos clínicos.
- Nivel comunitario: destaca el papel de los miembros de las comunidades locales.
- Nivel funcional: sugiere sistemas de comunicación efectiva entre les distintos miembros de los equipos, promoviendo la comunicación cara a cara, y privilegiando el enfoque “high-touch, low-tech” al priorizar el contacto humano sobre el uso de las tecnologías.
- Nivel organizacional: define mecanismos de detección temprana de las necesidades de los pacientes y diseño de programas focalizados en comunidades específicas.
- Nivel sistémico: propone la integración de los cuidados de salud y ayudas sociales para establecer estrategias sustentables.
Los cuidados coordinados aparecen así particularmente relevantes y eficientes financieramente, para pacientes con condiciones médicas complejas que encuentran difícil moverse en un sistema de salud generalmente fragmentado y de difícil acceso. Considerando que este tipo de atención se caracteriza por su flexibilidad y su capacidad de adaptación a contextos locales y a necesidades individuales, no existe una fórmula única para su implementación. Sin embargo, destacan elementos clave y características comunes a estos enfoques exitosos:
- Nivel sistémico: cobertura universal; sistema basado en primer nivel de atención y atención comunitaria; énfasis en atención crónica y de largo plazo; énfasis en la autogestión de la salud; marco regular y objetivos de atención integrada; financiamientos flexibles; personal capacitado en atención crónica; trabajo en equipo.
- Nivel organizacional: liderazgo; rol del coordinador; valores comunes y misión compartida; coherencia estructural en materia de gobernanza y financiamiento; bases de datos electrónicos integrados; repartición clara de las responsabilidades; métodos de evaluación continua y estrategias de mejoramiento.
- Integración clínica y profesional: focalización en grupos objetivos específicos; diagnósticos estandarizados; evaluaciones comunes; focalización holística; historias clínicas únicas o compartidas; herramientas de apoyo decisional; tecnologías de monitoreo continuo y a distancia de los pacientes.
- Integración de los servicios: ayuda a domicilio y apoyo al autocuidado; existencia de un punto único de entrada al sistema; cuidados co-ordinados; gestión caso a caso; planes individuales de tratamiento; información centralizada; equipos multidisciplinarios; redes interprofesionales; responsabilidad compartida; co-locación de los servicios; protocolos de transferencia.
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