martes, 29 de octubre de 2013

MEDICARE VS MEDICAID: ¿A DÓNDE VAMOS EN ESPAÑA?


Medicina socializada frente a Medicina capitalista: ¿personas o dinero?

Socialised medicine versus capitalist medicine:people or money?
http://zl.elsevier.es/es/revista/atencion-primaria-27/articulo/medicina-socializada-frente-medicina-capitalista-90249564
Salvador Pertusa Martínez a, ,

a Médico de familia, Centro de Salud de Cabo Huertas (Alicante)


Artículo


Como parte del proceso de actualización que me permite el mes especifico de formación (MEF) otorgado por la Unidad Docente de Medicina de Familia de Alicante, este año he elegido realizar una estancia en los Estados Unidos de América para conocer su sistema sanitario, especialmente su Atención Primaria, y analizar las ventajas y desventajas del mismo en relación con nuestro servicio nacional de salud y con otros servicios internacionales como el británico, que también estudié hace unos pocos años.

No resulta fácil en 3 semanas diseccionar y comprender en profundidad un sistema tan complejo como el americano pero sí hacerse una idea cabal de cómo trabajan los médicos de familia americanos, sus preocupaciones, sus intereses, sus dificultades, su vida, objeto de mi estancia en este país.

El pasado 3 de marzo aterricé en Filadelfia excitado y lleno de ilusión por cumplir un viejo sueño. A priori, la tarea no se presentaba sencilla pero me considero muy afortunado al haber contactado con las personas más adecuadas del mundo que han hecho posible mi sueño americano ("my American dream") y a las que estoy enormemente agradecido (ver agradecimientos).

El Dr. Michael Doyle ha sido mi principal guía y me ha mostrado una imagen plena de lo que es (o yo matizaría de lo que ha sido durante muchos años) un médico de familia americano. Trabaja solo en su clínica abierta hace ya más de 50 años, con la ayuda de una recepcionista y una manager, su esposa. Yo lo calificaría como el médico de familia «todo terreno» que a mí siempre me habría gustado ser: pasa consulta en un despacho de su centro de salud, realiza todo tipo de actividades médicas y clínicas, incluidas la extracción sanguínea, la toma de presión arterial, la realización de ECGs, los procedimientos habituales de cirugía menor, etc.; acude a los domicilios de sus pacientes y a las residencias de ancianos de la zona cuando es requerido y, además, visita diariamente a sus pacientes ingresados en el hospital de su área. Y uno no puede menos que preguntarse si un médico es capaz de hacer todas estas actividades diariamente. Y la respuesta es un si categórico que yo he tenido la fortuna de comprobar personalmente.

En un día normal atiende a unos 15-20 pacientes en su consulta (de 9 a 12 h y de 14 a 17.30-18 h) y hacia el mediodía, tras una comida ligera durante el camino, acude al hospital a visitar a sus pacientes ingresados (3-5). Aunque suele trabajar todavía con historias clínicas en papel, posee un ordenador en su despacho que utiliza parcialmente para registrar los datos más importantes de sus pacientes, y para conectarse con su hospital de referencia. Es todo energía, experiencia, ganas de aprender, sabiduría y prestigio, con un trato muy cercano con sus pacientes. Desgraciadamente también compruebo que es «una especie a extinguir».

La otra clínica que he visitado, el Howell-Jackson Medical Center, y en la que pasado consulta con el Dr. John Gumina y su equipo es muy diferente, más moderna, totalmente informatizada y constituida por un grupo de diferentes profesionales un poco más parecido a nuestros equipos de Atención Primaria pero todavía con importantes diferencias: son 5 médicos de familia, 2 enfermeras, 2 auxiliares de clínica y varias administrativas (unas 14-15 personas en total) que ofrecen consulta de Medicina de Familia, servicios (no consulta) de Enfermería, extracciones sanguíneas (que realiza una persona especializada que llaman una «phlebologist» o flebóloga, que no es una enfermera) y servicio de Radiología (que realiza una técnico de rayos). Llama un poco la atención el papel de Enfermería, supeditado al del médico como en España, pero no como en el Reino Unido.

En ambos centros sanitarios sorprende la distribución de los despachos, el mobiliario y la forma de atender a los pacientes. Disponen de múltiples despachos pequeños de unos 8-10 m2 que utilizan bien como despachos médicos bien como salas de exploraciones, dotadas con una mesa de exploración moderna, automática y regulable en altura y una pequeña tarima o mostrador donde está ubicado el ordenador y el diferente material clínico en pequeños armarios. No existe una mesa donde el médico o la enfermera entrevista al paciente. Estos profesionales realizan la anamnesis y la exploración casi simultáneamente mientras el paciente permanece sentado en la mesa de exploración. En el primer caso, el médico tomaba sus notas a mano y en el segundo lo hace a través de un completo programa informático local aunque el centro está conectado con el hospital de referencia y con otros centros pertenecientes a la compañía de seguros que gestiona esta zona. Mi impresión es que prestan poca atención a la entrevista clínica.

Básicamente y desde el punto de vista clínico he observado muy pocas diferencias en el abordaje de los pacientes y siento que mis colegas americanos tienen poco que aportarme como médico de familia. Podría decirse que tenemos los mismos pacientes, con los mismos problemas de salud y similares aproximaciones diagnósticas y terapéuticas, aunque con pequeñas diferencias. Lo que en cambio llama poderosamente la atención es la forma en que los pacientes acceden al sistema, cómo se desenvuelven por él y la permanente atención a un elemento: el dinero. Y es que aquí y con gran diferencia con nuestro Sistema Nacional de Salud o el NHS británico las empresas que financian los servicios sanitarios son las grandes compañías aseguradoras. Y a diferencia de nuestros países (España, Reino Unido) las reglas de juego en cuanto a temas sanitarios se refiere son muy diferentes: se rigen por las reglas del mercado.

Si un paciente precisa asistencia sanitaria en un centro de salud, clínica especializada u hospital debería tener suscrita una póliza de seguro médico con una compañía aseguradora. Así, la mayoría de los trabajadores tiene suscrito un seguro médico (existen múltiples planes de salud) bien a través de su empresa o mediante una suscripción individual o familiar que debe abonar el propio trabajador. Existen dos tipos básicos de seguro estatales llamados Medicare, que cubre la asistencia a los jubilados y a las personas con discapacidad acreditada, y Medicaid o beneficencia social para los pacientes que no tienen recursos económicos. Si uno carece de una póliza de seguros o de alguno de estos seguros comentados debe pagar la atención recibida íntegramente de su bolsillo.

Como se podrá fácilmente comprender, todos los seguros no son iguales, no ofrecen las mismas coberturas y no cuestan igual. Y es bien conocido que en temas de seguros en general y de salud en particular, la letra pequeña es enorme. Antes de suscribir uno de estos seguros el paciente debe rellenar múltiples formularios con sus antecedentes y problemas de salud que determinarán el importe de su póliza y las coberturas proporcionadas. Un elemento destacado de estos formularios es la existencia de las llamadas "preexisting conditions", es decir, trastornos o enfermedades previas que podrán condicionar que la compañía rechace tu solicitud. Y los ciudadanos y los profesionales hablan constantemente de estos asuntos porque es un tema que preocupa, y mucho, a unos y a otros.

La clave me la proporcionó el Dr. Gumina cuando el primer minuto del primer día que nos conocimos y me identifiqué como médico de familia español me dijo: Ah, vienes de España. Allí tenéis Medicina socializada, ¿verdad? A menudo, cuando me presenta a sus pacientes les indica que procedo de España donde la Medicina es gratuita, lo que genera expectación entre ellos que, rápidamente, me preguntan por este tema y los más informados añaden, como en Canadá. Una señora mayor me dice que tuvo un tumor cerebral del que fue intervenida quirúrgicamente con buen resultado. El marido se apresura a comentarme que la intervención costó 100.000 dólares (unos 80.000 euros) que, afortunadamente para ellos, cubrió su seguro. No ocurre lo mismo en otros muchos casos en los que los ciudadanos no pueden afrontar los gastos médicos originados por su enfermedad y entran en serios problemas económicos o en aquellos pacientes que abandonan sus tratamientos médicos por no poder costear los medicamentos prescritos porque son muy caros.

Mi amigo me lo corrobora: «La Medicina en EE UU es de una injusticia social intolerable». Me dice que él paga más de 350 euros al mes pero que teme ponerse enfermo y tener que acudir al médico porque, a pesar de su buen seguro médico, el coste de la visita y el tratamiento médico le podrían suponer un gasto extraordinario considerable.

De la mano del Dr. Doyle he tenido la oportunidad única de acceder a todos los servicios del hospital donde también trabaja, el Jersey Shore University Medical Center de Neptune, New Jersey: enorme, con más de 3.000 trabajadores, complejo y sofisticado, con la más alta tecnología, completamente informatizado, deslumbrante. Por poner solo un pequeño ejemplo: su servicio de urgencias tiene capacidad para atender simultáneamente a 32 pacientes en sus respectivas habitaciones, con controles de enfermería espectaculares llenos de pantallas de monitorización de los pacientes y ordenadores por doquier. No quiero imaginar el importe de la factura de algunos de los pacientes que hemos tratado estos días durante su ingreso en servicios como la UCI, hemodiálisis, cirugía o una simple planta de hospitalización, si tendrán un buen seguro que cubra todos esos gastos o tendrán que hipotecar sus casas para financiar los cuidados de su salud. Y recuerdo en este punto el impactante documental titulado SICKO sobre el sistema de salud americano del irreverente director de cine Michael Moore. Demoledor.

Me preguntan mis colegas en repetidas ocasiones si en España sufrimos reclamaciones de nuestros pacientes y les digo que sí, pero con algunos matices. Los médicos de familia también tenemos que atender algunas reclamaciones, pero bastantes menos que determinados especialistas, tal vez porque conocemos bien a nuestros pacientes y les prestamos continuidad en los cuidados lo que parecen aceptar de buen grado como razonamiento sólido. Y cuando salgo del hospital veo un enorme anuncio de un importante bufete de abogados en el que ofrecen sus servicios a aquellos pacientes que crean haber sufrido algún problema durante su estancia hospitalaria. Y luego voy a casa, enciendo la televisión y sigo viendo anuncios de abogados que invitan a los espectadores a consultarles si han tenido algún daño o problema médico. Y entiendo la preocupación de mis colegas, incluso médicos de familia. Uno de ellos, apesadumbrado, me señala que su país no ha conseguido reducir sus elevadas tasas de mortalidad a pesar de toda la tecnología de que disponen y de la inversión económica que realiza en Sanidad.

La farmacia es otro elemento que suscita mi interés. Muchos seguros cubren parcialmente el gasto de los medicamentos, sobre todo si son genéricos, pero no muchos fármacos de marca. Es un tema que el médico debe continuamente negociar con su paciente y con su seguro y justificar (me comentan mis colegas que el papeleo con los seguros es agotador y requiere la participación de múltiples administrativos para gestionar tan ingente carga burocrática). La industria farmacéutica americana es muy potente y realiza campañas publicitarias bastante agresivas: he visto continuos anuncios en televisión en los que se habla de ciertas enfermedades y sus tratamientos y se invita a los pacientes a solicitar esos fármacos (que deben ser prescritos con receta) directamente a sus médicos. Aquí disponen también de la receta electrónica directa con la farmacia habitual del paciente que debe especificar para que el médico remita la prescripción electrónica a la misma.

A la salida del hospital y poco antes de despedirme definitivamente le indico a mi colega que he visto aspectos de la sanidad americana que no me han gustado mucho. Le señalo que en España intentamos proporcionar el mejor cuidado de salud a nuestros pacientes (que no necesariamente es el más caro) sin escatimar esfuerzos, y con un gesto no verbal y un pequeño comentario con la voz baja me da a entender que, en el fondo y como médico, está de acuerdo con mi planteamiento.

Han sido tres semanas realmente interesantes en las que he tenido la oportunidad de conocer de primera mano la realidad sanitaria americana y convivir con sus protagonistas, médicos de familia y pacientes. Y visto lo visto, no podéis imaginar lo orgulloso que me siento de vivir y trabajar en un país como España que en los últimos 30 años ha sido capaz de ofrecer a sus ciudadanos un sistema de salud, como el nuestro: universal, público, de calidad y gratuito, aún con sus múltiples problemas y defectos,. Aunque en los últimos años y por causas bien conocidas las cosas están cambiando y a qué velocidad.

Aprendamos, cambiemos lo que sea preciso para mejorarlo y hacerlo sostenible y valoremos lo que tenemos. Os aseguro que merece la pena.

Agradecimientos:

A los Dres. José Miguel Bueno, Richard Roberts, Michael Doyle y John Gumina, y a mi querido amigo de la infancia, el Dr. Luis F García, físico y escritor, residente en EE UU desde hace más de 30 años, que me ha brindado su casa, su hospitalidad y su amistad durante este tiempo.

 

 

domingo, 27 de octubre de 2013

¿ES POSIBLE UN NUEVO MODELO DE ATENCIÓN PRIMARIA?


Asegurando el futuro de la medicina general:
nuevos modelos de atención primaria


Fuente: The King's Fund


Fecha de publicación: 23/10/2013

La atención primaria está en la base del NHS –National Health Service– en el Reino Unido. No obstante, las demandas y la presión sobre los médicos y sus equipos nunca han sido tan fuertes. Un informe encargado por el NHS Midlands and East refleja su ambición respecto a los cuidados primarios y muestra, claramente, el porqué de la necesidad de los cuidados primarios de seguir creciendo y adaptándose. Se consideran y analizan nuevos modelos de atención primaria que han sido creados para afrontar estos retos, y muestra particularmente el poder de los centros de atención primaria trabajando conjuntamente, compartiendo ideas y recursos, funcionando como redes, federaciones y grandes consorcios.

Los cuidados primarios reciben cada vez más pacientes que nunca, con necesidades cada vez más complejas, al mismo tiempo que ofrecen un amplio abanico de servicios y buscan mantener e incrementar los ya altos estándares de cuidados. Así se posiciona el NHS –National Health Service– en el Reino Unido respecto a la demanda y la oferta en atención primaria.
 
Al mismo tiempo, la fuerza de trabajo de la atención primaria está cambiando. Un gran número de médicos de atención primaria con mucha experiencia están a punto de jubilarse, y la fuerza de trabajo en medicina general es, en gran medida, a tiempo parcial, y en muchas áreas se siente una dificultad en el reclutamiento. Resumiendo: la atención primaria en el Reino Unido está bajo una fuerte presión y esfuerzo, con muchos médicos intentando responder a la demanda actual, mientras que falta el tiempo para pensar y plantear como se deberán organizar estos cuidados para el futuro.
 
Con el objetivo de informar sobre los retos y desafíos a los cuales se enfrentan los cuidados primarios, el anterior ministro del NHS Midlands and East encargó al Nuffield Trust y a The King’s Fund una valoración y revisión de los modelos de cuidados primarios en el Reino Unido, y también internacionalmente, centrándose en aquellos aspectos que podrán aumentar la capacidad y ayudar a los cuidados primarios a responder a sus presiones.
 
Este trabajo forma parte de la evidencia base que el NHS busca en su plan de acción actual, para desarrollar un marco de trabajo estratégico para el futuro de los cuidados de salud en el Reino Unido. En el informe se justifica que los líderes y planificadores de las políticas tengan que poner en marcha medidas creativas, que puedan obtener el mejor provecho de la larga historia de independencia e innovación en el seno de la clínica general.
 
Esto supondría soportar e incentivar, así como permitir a los médicos de atención primaria y otros proveedores de cuidados primarios, experimentar nuevos abordajes en la entrega y organización de cuidados. Numerosas medidas políticas se han recomendado ya para que esto sea una realidad.
 
 
¿Cómo se estudian los modelos de atención primaria en un momento de presión y cambio?
 
El informe tiene como objetivo estudiar y comprender los modelos que incrementen la capacidad de los cuidados primarios, la calidad de la prestación de cuidados y la capacidad de liderazgo de la atención primaria, con vista a la sostenibilidad en el futuro. Específicamente, el trabajo desarrollado incorporó:
 
  • Describir las presiones actuales en los cuidados primarios.
  • Identificar qué es la calidad en los cuidados primarios y explorar diferentes modelos que lo puedan proporcionar.
  • Identificar las características clave de estos modelos de cuidados primarios.
  • Basándose en este análisis anterior, desarrollar un marco de trabajo basado en criterios claros, para valorar nuevos modelos de cuidados primarios y, en particular, para la clínica general.
  • Proponer nuevos modelos de organización futura de los cuidados primarios.
  • Producir recomendaciones respecto a la forma como estos modelos pueden ser aplicados y puestos en marcha en el NHS Midlands and East SHA, y más ampliamente a todo el NHS del Reino Unido.
Para esto, entre noviembre de 2012 y marzo de 2013 se realizaron una serie de actividades de investigación para obtener constataciones y recomendaciones:
  • Una revisión de la literatura respecto al tema de la entrega de cuidados primarios.
  • Investigación teórica y entrevistas telefónicas con los líderes de modelos de cuidados primarios en el Reino Unido e internacionales.
  • Dos eventos “taller” con clínicos nacionales y locales, así como otros actores clave.
  • Entrevistas telefónicas con expertos en fuerza de trabajo y desarrollo organizacional en los cuidados primarios.
  • Comprobación y test de los resultados obtenidos con participantes en un European Summit dedicado a los cuidados primarios, y otras reuniones con stakeholders y knowledgeholders.
  • Conversaciones y feedback continuo con el NHS Midlands and East SHA. 

Aunque este informe tenga implicaciones en todo lo que son cuidados primarios, el enfoque de la investigación ha sido principalmente la clínica general. Se examina cómo los médicos de cabecera y sus equipos responden actualmente a las presiones y demandas, formando nuevas organizaciones que permitan una entrega de cuidados a mayor escala. Si los cuidados primarios ambicionan estar en forma para el futuro, existe un conjunto de principios de diseño que deberán ser utilizados en el momento de determinar la oferta de servicios de cuidados primarios como respuesta a las presiones bajo las cuales se encuentran los profesionales de salud.
 
En estos principios se consideran factores como: los puntos y la forma de entrada al sistema, la utilización de tecnologías para apoyar a ese mismo acceso, el planteamiento de la “generalidad” y la especialización dentro de los cuidados primarios, la continuidad de los cuidados en el seno de los cuidados primarios, los cuidados anticipados y multidisciplinarios o el apoyo a la autogestión de la enfermedad por parte del paciente.
 
 
 
 
¿Cuáles son los puntos clave tras este estudio que podremos aprender y aplicar?
 
De los 21 modelos de organización y prestación de cuidados primarios estudiados, se obtienen algunas lecciones importantes.
 
Hay que estar atento y no despreciar el concepto de “local”. Mientras que la posibilidad de extender la escala y el ámbito de los cuidados primarios es importante, no se deberá aplicar ciegamente ningún único modelo. El contexto local tiene un papel muy importante en la determinación de la forma organizativa y en el mix exacto de funciones, que dependen en gran parte de la naturaleza y prioridades de la población local.
 
Una vez combinados los principios del diseño, hay que realizar cambios profundos en la organización y en la entrega de los cuidados primarios. Esto incluye la conexión de las prácticas en federaciones, redes o consorcios, para incrementar su escala, alcance y capacidad organizativa. Asimismo, hay que mantener y preservar los puntos de acceso a pequeña escala y a nivel local, aspectos altamente valorados por los pacientes.
 
Esta tendencia hacia una entrega de cuidados primarios más en redes y a gran escala es defendida y aplicada hoy día en países como Nueva Zelanda, Holanda, Canadá y Estados Unidos.
 
Cambios a este nivel requieren soporte e incentivos, así como los debidos permisos para que los médicos de atención primaria y otros proveedores puedan probar nuevos abordajes de entrega y organización.
 
Para que esto sea una realidad, se recomienda que el NHS del Reino Unido trabaje conjuntamente con los diferentes stakeholders, para crear una estructura nacional para los cuidados primarios. Esta dinámica y estructura deberá definir los objetivos y resultados esperados, tanto en relación a la prestación de servicios como al papel más amplio de la atención primaria en el sistema social y de salud.
 
Se requiere un nuevo contrato para los cuidados primarios, alternativo y en paralelo a la actual contratación de servicios clínicos. Este contrato necesita ser “esculpido” por el NHS, de forma que fomente una responsabilización colectiva por parte de los grupos de proveedores de salud (e idealmente de bienestar social). Pero esto deberá ser sin que el NHS especifique los detalles de la implementación a nivel local, pues deberá ser una tarea determinada localmente.
 
 
¿Cuáles son los atributos clave de los cuidados primarios de alta calidad?
 
De las constataciones del estudio, se obtienen algunos aspectos a mantener como filosofía para cualquier futuro modelo de cuidados primarios a considerar: tener un sistema comprensivo, centrado en el paciente, coordinado y accesible, con elevados estándares de seguridad y decalidad.
 
 
 

Acceso al documento original
 
Securing the future of general practice: new models of primary care. The King’s Fund. 2013 [acceso 23 de octubre 2013]. Disponible en: http://www.nuffieldtrust.org.uk/sites/...
 
 

miércoles, 23 de octubre de 2013

LAS 3 REGLAS DE ORO: "HAN EMPEZADO POR LA TERCERA"


Madrid, Galicia y Comunidad Valenciana cuestionan la figura del sanitario estatutario
Sus consejeros de Sanidad defienden los modelos de colaboración público-privada
Redacción. Barcelona
El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty; el de la Comunidad Valenciana, Manuel Llombart, y la de Galicia, Rocío Mosquera –los tres del Partido Popular–, han coincidido en la necesidad de abrir el debate sobre el estatuto marco de los funcionarios, al entender que la “rigidez” del modelo hace difícil introducir las reformas necesarias para garantizar el sostenimiento sistema.

Fernández Lasquetty.
“Ninguno de los grandes países europeos tienen un sistema sanitario basado en funcionarios vitalicios cuya retribución es prácticamente la misma si trabajan bien o mal”, ha asegurado Fernández-Lasquetty, quien ha pedido una reflexión sobre este punto para permitir la introducción de incentivos, en el marco del 20º Encuentro del Sector Sanitario que ha organizado en Barcelona IESE Business School junto con KPMG.

El consejero madrileño ha asegurado que la resistencia a este cambio “se ha vuelto en contra de los propios profesionales” porque dificulta a los médicos compatibilizar su actividad en la sanidad pública y privada, en una intervención en la que ha lamentado la rigidez de las reglas en las que se desarrolla la actividad sanitaria en España, pensadas para unos funcionarios del siglo XIX y que siguen utilizándose para gestionar los hospitales del siglo XXI, según ha razonado.

Por su parte, Mosquera ha coincidido en que resulta necesario un debate para reformar la gestión del personal, porque es un “drama” que las retribuiciones sean fijas con independencia de lo que se haga, dónde se haga o cómo se haga, en un momento en que el sistema no da más de sí.

Llombart, por último, ha ahondado en la idea y ha apostado por “ir adaptando de una forma paulatina los marcos legales a las realidades”, y ha animado a no tener miedo al cambio porque todo tiene un límite y el sistema sanitario español copa más del 30 por ciento de los presupuestos de las comunidades autónomas, en un momento en el que el envejecimiento de la población asegura que los costes serán crecientes.

Manuel Llombart.
Fernández-Lasquetty y Mosquera, de forma adicional, han mostrado su desconfianza en que los sindicatos sean capaces de colaborar en estos cambios necesarios: “Con los sindicatos va a ser prácticamente imposible, y más con los sindicatos de clase que tenemos en nuestras organizaciones” sanitarias, ha señalado la consejera gallega, que también ha lamentado que la fragmentación por comunidades autónomas del modelo perjudica la introducción de reformas.

El consejero madrileño ha lamentado el “conservadurismo muy profundo” que impera en la sanidad ante los cambios, aunque ha insistido en que merece la pena abrir el debate sobre la madre de todas las reformas –el cambio en el modelo de funcionariado–, porque el debate no se puede eludir mucho más tiempo y de éste dependen muchas otras reformas; un debate que ha asegurado que a los profesionales les conviene liderar, aunque de los sindicatos “desgraciadamente no podemos esperar nada”, ha precisado.

Externalizar los hospitales

En referencia con la polémica reforma en Madrid para externalizar la gestión de seis hospitales, Fernández-Lasquetty ha lamentado que se han dicho muchas falsedades, al entender que el ánimo de lucro es compatible con la sanidad porque el beneficio de una empresa nunca se centra en maltratar a sus clientes, sino en tenerlos contentos: “Uno ha comprobado en carne propia que resulta menos polémico hacer recortes que hacer reformas” que son necesarias para la sostenibilidad del sistema, ha añadido.

El consejero madrileño ha resaltado que la externalización pivotaba sobre la libre elección de los ciudadanos para acudir a uno u otro centro, lo que junto a los rigurosos controles de calidad permitirían mantener los resultados sanitarios con un coste sanitario por cápita menor, ha asegurado.

Rocío Mosquera.
Llombart ha recordado que la Comunidad Valenciana aplica un modelo similar al propuesto por Madrid desde 1999, y ha defendido que no se puede hablar de privatización del sistema porque mientras el paciente acuda al hospital y no tenga que pagar nada “la sanidad sigue siendo igual de pública”, ha reseñado.

En todo caso, y en relación con dicha externalización, ha fijado cuáles deben ser las tres reglas de oro para mantenerla en el tiempo: que al menos ofrezca la misma calidad que el sistema público, que suponga para la Administracion un ahorro claro y medible, “y que el concesionario gane dinero, porque, si no, tampoco funciona el sistema”, ha precisado.
“No queda otra” que aplicar fórmulas de colaboración pública y privada, ha incidido Mosquera, ya que los tres consejeros han insistido en que el sistema es vulnerable y existe una necesidad imperiosa de introducir reformas, todo ello pese a la tendencia a politizar el debate desde la demagogia, han lamentado.